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Verosímiles
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¡Hola, dos mil veinte!

¡Hola, dos mil veinte!

¡Hola, dos mil veinte!

Hola a todos, feliz graaaan año. Hoy dos de enero de dos mil veinte les deseo que vivan 366 dulcitos y pacíficos días, donde puedas sentir el amor en cada acción humana y estar en paz contigo mismo y el entorno, tanto que cuando tengas una dificultad sientas ese problema como una pluma que te roce. Qué estado tan ideal ¿verdad?... Lo intentaré.

Confieso que me ha gustado el número del nuevo año gregoriano. No estuve consciente del todo hasta los minutos de las uvas. Estuvimos en grata compañía, de esas que te hacen perder la noción del tiempo y entre charloteo y cena se dio la hora de ir a por las uvas y ponernos a punto con el brindis. Cuando miré en la tele el número 2020, cuasi en la cámara lenta de mi cabeza me produjo unas sensaciones bastante gratas que tenía años que no lo sentía. Puede que haya sentido las vibraciones del cambio de una Era, el abreboca de la tercera década del siglo XXI como una hoja en blanco para escribirla, dibujarla o tunearla con lo que se nos antoje.

En lo personal, sentí como esos cuatro números me estaban haciendo sentir cosas agradables que seguramente estoy recibiendo y recibiré en mi vida. Recibo el BIENESTAR eterno, pues he aprendido que no solo lo que se entiende con la lógica es posible. Las posibilidades infinitas caben en la mochila de mi existencia, desde el minuto uno que toma decisiones, elejimos y vamos creando nuestra realidad. Una siempre está eligiendo el próximo paso.

Yo me he propuesto ir con menos prisas y ser menos zombis del sistema, me he propuesto a ir a más espacios de la natura, una o dos veces por semana llueve, truene o relampaguée, hacer más yoga a la semana, mi isla de cordura preferida junto a la lectura; también aceptar que no todo me saldrá bien y que al darle la vuelta veré nuevas oportunidades, a desconectarme y conectar con la familia así como hacen los judío durante el shabbat (fuera móviles, teles, ordenadores y todo lo que distraiga de pasar tiempo con la familia y amigos), a bailar más, a ser perseguir la asertividad, a aprender un idioma que me parece difícil hasta que le ponga el pecho y voluntad, a reecontrarme más con mis afectos que viven en el mismo país que yo vivo y los que tengo regados en la diáspora, rodearme de una buena tribu refuerza. A seguir vibrando, ayudando, sumando y ser feliz con mis más y con mis menos y como creo en Dios ponerlo en el principio me garantiza ser feliz hasta el final.

 "Lo que bien se piensa, bien se expresa"....Víctor Hugo

¡A tu salud!