El agua está viva y responde a las emociones humanas

La palabra escrita y hablada, las frases agradables y desagradables, la música, los pensamientos y las vibraciones que estos emiten repercuten en la composición química del vital líquido que consumimos a diario y que representa nuestra fuente de vida.

A esta conclusión llegó el japonés Masaru Emoto, al estudiar microscópicamente las moléculas de agua congeladas, las cuales se formaron cristales hexagonales armónicos y brillantes o por el contrario moléculas opacas, asimétricas e irregulares dependiendo de los pensamientos específicos a los que fueron expuestos antes de congelarlos y fotografiarlos durante el experimento.

El nipón está convencido que el agua está viva y que los pensamientos de paz, gratitud, amor, armonía hacia el mineral tienen propiedades sanadoras para la humanidad y el planeta. En su libro “Los mensajes ocultos del agua” el investigador detalla con sorprendentes microfotografías los experimentos que realizó con el agua destilada antes de congelarlas, la cual expuso a la música clásica de Mozart, Beethoven, Bach, al sonido heavy metal, a oraciones, a mensajes masivos de gratitud, a personajes bélicos de la historia como Hitler, a afirmaciones individuales y colectivas, obteniendo diferentes y sorprendentes resultados.

Alerta de tsunamis

También realizó el experimento con muestras de agua tomadas de ríos, lagos, estanques, mares desde los más puros hasta el agua más contaminada, demostrando así la salud del medio ambiente y sus claros mensajes a la humanidad sobre el desequilibrio ecológico y la fuerza del agua descontrolada (tsunami, huracanes, terremotos).

Según Emoto, estos descubrimientos revelan que "el agua no sólo almacena información sino también sentimientos y conciencia, reaccionando a cualquier mensaje". E incluso agrega que "toda la información que alberga la estructura se hace visible cuando se fotografía una gota de agua en estado de congelación".

Si los pensamientos afectan al agua, que nos harán los pensamientos a nosotros mismos, tomando en cuenta que el 70 por ciento de nuestro cuerpo es agua y el 70 por ciento del planeta también. Esta conclusión se puede observar en el documental “¿¡Y tú que sabes!? durante la escena El poder de la intención.

El agua nuestra fuente de vida

Estamos compuesta de ella en un 70% en nuestra edad adulta, un 95 % en la etapa embrionaria y apenas un 50 % en el ocaso de nuestra vida.

 

Las muestras obtenidas tras someter al agua a piezas musicales de Mozart, Beethoven, Bach y Vivaldi u otra melodía con fines relajantes se traducen en cristales exquisitos. Sin embargo, cuando el agua fue sometida a piezas músicales como el heavy metal aparecieron imágenes desarmónicas que parecen que tienen que ver con lo demoníaco y por eso no cristalizaron.

"El agua no sólo almacena información sino también sentimientos y conciencia, reaccionando a cualquier estímulo", concluye el autor nipón. 

Enlace de interés: www.masaru-emoto.es